Ayer no alcanzaban los tangos para expresar tal angustia...
Fueron 3000 metros sobre el nivel del mar...
Una sacudida de timidez y la total sensacion de libertad (o de exilio, quizás)
(aprendimos a silenciar al mundo mientras nos hablamos... todavía con toda la inocencia del mundo...)
Fue lo inexplicable de lo que nos rodeaba, lo hermoso de romper la rutina y lo inusual de tomarse el tiempo solamente para sentir... simplemente eso...
Vos amabas todo eso...
a mi me tentaba tu inquietud, y en el mismo segundo en el que hablabas de noches de almohadas en el piso y desparramos sin sentidos, yo me sentí completa agarrada de tu mano...
yo amo todo esto...
El hablar con alguien que me dobla en inmadurez y que sin embargo entiende a la perfección este lenguaje que me inscribe en los demás...
El hablar con alguien que odia la mayoría de las cosas que yo amo... y que se ríe de lo opuestos que somos, porque entiende como yo, que este es el hilo que nos une y que aquellos que se mimetizan en un mismo tono, un mismo tiempo y un mismo discurso de palabras que suenan a contratos son los que después buscan huir de su propia esencia para escapar de alguien mas...
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